FelixDuaca la Perla del Norte
Duaca
martes, 12 de enero de 2016
ORACIONES MILAGROSAS Y PODEROSAS: ORACION AL ANGEL CUSTODIO PARA PEDIR FUERZA, VALOR...
ORACIONES MILAGROSAS Y PODEROSAS: ORACION AL ANGEL CUSTODIO PARA PEDIR FUERZA, VALOR...: Ángel que me guardas, mi amado Ángel Custodio, protégeme del temor, alivia mi miedo, aplaca mi inseguridad. Dame fuerzas...
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ORACIONES MILAGROSAS Y PODEROSAS: 3 ARCANGELES ORACION MUY EFECTIVA PARA PEDIR EL RE...
ORACIONES MILAGROSAS Y PODEROSAS: 3 ARCANGELES ORACION MUY EFECTIVA PARA PEDIR EL RE...: Santos Arcángeles del Señor oíd mis súplicas; gloriosos servidores ante el Trono de Dios y poderosos auxiliadores de los seres humanos...
viernes, 23 de octubre de 2015
miércoles, 14 de marzo de 2012
domingo, 18 de septiembre de 2011
Reseña Histórica de Duaca
DUACA EN SU ESPACIO GEOGRÁFICO
Duaca
se encuentra al nordeste de Barquisimeto, en la región centro–occidental del
país, esta región está conformada por los estados Falcón, Lara, Portuguesa y
Yaracuy. Desde el punto de vista político y administrativo, esta ciudad es la
capital del Municipio Crespo del estado Lara; Duaca se encuentra
a 38 kilómetros de la capital larense y dista 389 kilómetros de la capital del
país.
El Municipio Crespo limita por el Norte con el municipio
Urdaneta, por el Sur y por el Este con el estado Yaracuy y por el Oeste con el
Municipio Iribarren.
Cuenta
con una superficie de 875 kilómetros cuadrados.De
acuerdo a la Oficina Central de Estadísticas e Informática (OCEI), para el año
de 1995 albergaría una población de 37.256 habitantes, alcanzando una densidad
de 42.58 habitantes por kilómetro cuadrado.
Esta conformado por las parroquias Freitez y José María
Blanco, según división político territorial vigente para el año de 1994.
El entorno geográfico de esta localidad está inscrito dentro
de las unidades naturales denominadas sistemas montañosos Falcón-Lara y Macizo
Coriano. Duaca ocupa un valle estrecho y alargado, el valle registra una
altitud de 685 metros sobre el nivel del mar y está rodeado de colinas, cuyas
máximas alturas apenas superan los 800 metros de altitud, estas colinas, se
encuentran al norte, noreste, sur y sudeste de la planicie, este relieve
montañoso domina la escena en términos visuales.
El valle
se orienta en dirección suroeste-noreste, el eje más largo del valle alcanza
cerca de 8 kilómetros de longitud y registra un ancho máximo de aproximadamente
2 kilómetros. El área donde se desarrolla el centro poblado es relativamente
plana, con una suave pendiente que no supera el 15 por ciento, con dirección
sureste-noreste, lo cual produce un relieve ligeramente ondulado.
La
temperatura promedio de la ciudad es de 28º C. La vegetación característica del
área son especies del bosque seco tropical, tales como matorrales, arbustos y
herbáceas. Las especies vegetales de follaje permanente se encuentran en el
bosque Barro Negro al sur de la ciudad, y en el bosque de Guape, este último
ocupa el fondo de una depresión localizada al noreste de la ciudad; estos espacios boscosos albergan las
corrientes de agua inmediatas al área urbana, reconocidas como quebradas de
Guape y Barro Negro. En este escenario natural cabe mencionar las zonas
arboladas de los patios o centros de manzana, así como los recintos verdes de
la Plaza Bolívar, el Parque Colón, la Plazuela Padre Díaz y el Parque
Recreacional Duaca.
Las áreas
planas no urbanizadas y las de pendientes no muy fuertes localizadas al sur y
sudeste de la localidad han sido cubiertas por cultivos de diversas índole, que
van desde pastizales para la ganadería, hasta sembradíos de hortalizas, piña,
maíz y caña de azúcar.
DUACA EN SU EMPLAZAMIENTO
Duaca se
asienta en un valle largo y estrecho como se dijo anteriormente orientada a lo
largo de los ejes principales del valle. La ocupación del valle en sentido
noreste corresponde a la extensión de la ciudad a lo largo del viejo camino de
conexión de Duaca con la población de Aroa; la ocupación de este espacio está
limitado por la presencia del Bosque Barro Negro y por desarrollos agrícolas al
sur; al noreste la prolongación de la ciudad se interrumpe por la presencia de
accidentes topográficos, en especial por el talud o depresión que ocupa el
Bosque de Guape.
La
extensión de la ciudad al noreste está limitada por la presencia de tierras no
urbanizadas, aptas para el desarrollo urbano ocupadas por el cementerio y la
extensión agrícola de la finca La Casona, pero significativamente por la
topografía abrupta de las colinas del norte y la depresión del bosque de guape
(plano nº 2). Estos accidentes topográficos determinantes para la prolongación
de la estructura de la ciudad, están en la actualidad siendo invadidos por
desarrollos urbanos espontáneos.
Hacia el
sudoeste del área urbana, el valle se amplia y ofrece la expansión natural de
la ciudad, estas tierras destinadas en el pasado para explotaciones agrícolas,
han comenzado a ser ocupadas por desarrollos urbanos planificados por
organismos gubernamentales y experimentan los cambios urbanísticos propios de
procesos de ocupación espontánea.
LOS MOMENTOS HISTÓRICOS
El escenario natural don hoy se asienta la población
de Duaca era ocupado por los Gayones y los Chipas o Ciparicotes, antes de la
llegada de los españoles a estas tierras.
Por el valle de Duaca, en tiempos de la
conquista, anduvieron indios del tronco arahuaco (caquetíos), caribe
(ciparicotos), pero históricamente se sabe que lo hicieron en particular los
“rebeldes” gayones y los “valientes” ayamanes, es decir representantes de las
tres mayores familias lingüísticas de Venezuela.
Estos primeros pobladores han dejado sus huellas
a través de jeroglifos y fragmentos de utensilios utilitarios, los cuales
conforman el patrimonio más antiguo de la comarca. En el año de 1.880, el
Ingeniero Antonio José Insausti encontró cerca de la quebrada de Las Letras un
primer petroglifo, el mismo fue divulgado por José de Jesús Fréitez en la
Gaceta Profesional de Barquisimeto en el año de 1.916; posteriormente se
hallaron petroglifos en la hacienda los Castillos de Duaca, en la hacienda
Cumaragua y en la quebrada El Huso, en las cercanías de Tumaque. En la Cueva
del Indio se encontraron fragmentos de cerámicas, pertenecientes a utensilios
empleados por los primeros pobladores de estas tierras.
Ello conforma el arte rupestre de la zona,
digno de estudios, como manifestación primogénita, elemental y definitivamente
ligada a la vida, a las creencias, a la cosmogonía y al quehacer diario del
hombre de la zona. Testimonio de una sociedad desaparecida de un mundo
simbólico, en constante intercambio con la naturaleza, con los animales y las
plantas que le rodeaban; comunidad que se adhería al todo, a la totalidad, sin
el prurito occidental del hombre en tanto centro del universo.
El origen de Duaca como
asentamiento urbano se remonta al año de 1.620, cuando el entonces Gobernador y
Capitán General de la Provincia de Venezuela Francisco de La Hoz Berrío dispone
concentrar a la masa aborigen en los denominados pueblos de indios, tanto en su
versión de pueblos de doctrina, encomiendas o pueblos de misión; este hecho
determina el origen del pueblo del Valle de San Juan Bautista de Duaca.
En cuanto al proceso de fundación y
organización de los pueblos de doctrina, la situación fue igualmente
accidentada. Algunos pueblos, como Santo Tomás de la Calera y San Antonio de
Berrío desaparecerán con el tiempo, mientras los otros pueblos decretados por
la Hoz Berrío alcanzarán su estabilidad a finales del siglo XVII. Fue, pués, una
situación generalizada y no sólo característica de Duaca, comprensible si nos
detenemos a estudiar los diversos factores que incidieron como obstáculo al
poblamiento. Por un lado, las condiciones del medio rural, inhóspito en algunos
casos, al asentamiento permanente. Por el otro, la reacción justa de los
propios indígenas a la imposición de nuevas formas de vida, lo que también
incidió en la desintegración de muchos pueblos legalmente constituidos. Pero
también destaca la conducta de los encomenderos para la continua explotación de
su fuerza de trabajo. Estos dos últimos aspectos, serán fundamentalmente en el
despoblamiento de Duaca.
La
existencia de una vía de comunicación terrestre entre Duaca, Aroa y
Barquisimeto, y una vía secundaria de enlace de esta última a través de las
montañas hacia la población de Urachiche, unido a la existencia en Duaca de un
tipo edificatorio de frente estrecho, parcela alargada y doble acceso por el
frente y fondo parcelario, refuerza nuestro planteamiento de que el crecimiento
urbano de Duaca corresponde a un tipo morfológico de ciudad lineal, estructurada
a lo largo del camino de enlace de esta comunidad con Aroa y Barquisimeto, el
cual conocemos en la actualidad como la Carrera 6, antiguamente denominada
Calle Comercio. A partir de este eje estructurante se extiende la retícula de
forma rectangular y se materializan los criterios de diseño urbano de la ciudad
levantada por los españoles en el continente, los cuales configuraron la imagen
urbana de Duaca en el siglo XIX y mediados del presente siglo.
SIGLO XVII Y SIGLO XVIII.
En el texto denominado Historia Social de
la Región de Barquisimeto, cuyo autor es el Dr. Reinaldo Rojas, cronista de la
ciudad, sostiene que después de la fundación de Duaca en el año de 1.620, esta
ciudad va a ser refundada y definitivamente organizada por los misioneros
capuchinos en el período comprendido entre 1.673 y 1.691.
La más evidente expresión de
la acción colonizadora de España en América la encontramos en la fundación y
organización de los centros poblados que a lo largo de nuestro territorio van a
reflejar un tipo de organización del espacio, el predominio de determinadas
relaciones de producción y valores culturales de la España que conquista.
Dos hitos de este proceso de
poblamiento son los siguientes: Entre 1.545 y 1.750, fundación de los núcleos
poblacionales de las futuras villas y ciudades de blancos. A partir de 1.620,
la labor de reducción de la masa indígena sujeta a Encomienda, a pueblos de
doctrina.
La creación de los pueblos de indios surge como
una necesidad del colonizador de concentrar a la masa humana dominada para
adoctrinarla en su fe y adiestrarla como mano de obra en las actividades
económicas de los encomenderos.
Es a finales del siglo XVIII que
empieza a estabilizarse el pueblo, ya que hasta la séptima década, la
disgregación de los indígenas tributarios en las propiedades de los
terratenientes-encomenderos ya señalados, se le había sumado el permanente
levantamiento y hostilidad de la población autóctona hacia los colonizadores;
situación que explicaba la llegada a la región de misioneros capuchinos, como
Fray Miguel de La Madrid, con el fin de participar en la pacificación y
reducción de la masa indígena encomendada, alzada contra los españoles y
dispersa en los montes y serranías.
Las dificultades presentadas por el proceso de
evangelización de la población aborigen sometidas al régimen de encomiendas, y
la inestabilidad de los pueblos de doctrina fundados en 1.620, son los factores
que explican la llegada de los misioneros capuchinos a la jurisdicción de
Barquisimeto en 1.658. Es decir, que existen pueblos fundados por los
misioneros en 1.620, pero por problemas de evangelización de los aborígenes
rebeldes que vivían en Encomiendas y la inestabilidad de esos pueblos de
doctrina fundados en 1.620, llegan nuevamente los misioneros a poner orden y lo
que hacen es refundar pueblos que como Duaca, ya habían sufrido el proceso de
fundación, en 1.620. Es por ello que encontramos que Duaca, con diferentes
fechas de “fundación” del pueblo. Fechas que han generado en nuestra crónica
regional, confusiones y contradicciones entre escritores dedicados a los
estudios históricos de nuestros pueblos.
Hasta la fecha, no se tiene conformación
precisa sobre la fundación de la ciudad ni se tiene determinada la localización
exacta del germen urbano de Duaca; a través de visitas al sitio hecha por
clérigos, funcionarios civiles y militares de la corona española e
investigadores del proceso evolutivo de esta ciudad, podemos acercarnos al
paisaje, a los eventos construidos, a la organización social, política y
económica duaqueña del siglo XVII y del siglo XVIII.
Que en el valle de Duaca
jurisdicción de esta dicha ciudad juntos y congregados los indios y sus hijos
de la dicha encomienda y allí tienen sus casas y iglesias de la advocación de
San Juan con Imágenes y ornamentos con que hacen los oficios divinos y campanas
para llamarlos a rezar y a oír misa y en ella se les da Doctrina y Entierran
los muertos y esto corresponde.
¨...y buscando el oriente a las
ocho Leguas de la ciudad está el Pueblo de Doctrina de Duaca curato colocado
por el Patronato Real, este tiene alguna feligresía de vezinos el sitio donde
está fundado este sitio, digo, pueblo es de temperamento algo frío pero mui
sano y las aguas de su quebrada (que son permanentes) delgadas, frías, y muy
saludables porque se continúan sus corrientes por zarzales.
Según el Obispo Martí (1.779) lo denomina
pueblo de San Juan Bautista de Duaca, reunía 551 habitantes. En 49 casas
concentradas moraban 40 familias. Según este obispo se comenzó a fundar en
1.671. Algunas haciendas de cacao y labranzas. 10
La iglesia parroquial era de bahareque,
techada de palma y de corta capacidad, no tenía capilla mayor ni sacristía,
solamente un altar donde está ubicada la imagen de San Juan Bautista patrono de
la Parroquia, un bautisterio cercado con barandas de madera; por la parte
trasera estaba construyéndose una capilla mayor de tapias de mampostería, pero
estos trabajos están paralizados.
Desde su inicio como pueblo, el valle
de San Juan Bautista de Duaca estuvo bajo la jurisdicción de Barquisimeto,
ciudad cabecera y asiento del poder administrativo, religioso y militar de
España en estas tierras. desde el punto de vista económico la vida de Duaca
gira en torno a la agricultura y es evidente la dependencia de esta ciudad con
respecto a Aroa, centro de cultivo del cacao, principal producto de explotación
y comercialización venezolana en el siglo XVIII; Duaca fungía como punto de
abastecimiento de productos agrícolas de consumo humano para Aroa y como fuente
de abastecimiento de mano de obra indígena para las haciendas cacaoteras
aroeñas.
SIGLO XIX.
El siglo XIX marca el florecimiento comercial, social y político
de esta comunidad agrícola; el cultivo y explotación comercial del cafeto
favorece el poblamiento y desarrollo de las comunidades asentadas en los pisos
térmicos favorables para su desarrollo, para Duaca el cultivo y
comercialización del café propicia su inserción plena a la dinámica
socioeconómica del país.
Este Municipio es en su mayor parte una zona de serranías,
productoras de café. En ella están las mayores haciendas de café del Distrito,
que pueden ser consideradas también como una de las principales del Estado, por
la excelencia del fruto, pues tan solo las superan las de Guarico.
Ciudad de magnífico clima, aguas abundantes, exuberante
vegetación y paisaje encantador; el cual estaba rodeado por extensas y fértiles
tierras, propicias para la agricultura, la cría y otros menesteres, la que más
tarde, gracias al cultivo del café, principalmente, habrían de convertir a
Duaca en una floreciente ciudad, social y económicamente, hasta llegar a ser
bautizada, por la simpatía popular, con el nombre romántico de ¨La Perla del
Norte¨, donde un día los mejores clientes de la casa Blohm, de Barquisimeto,
entre quienes recordamos a Don José Luis Delgado Estevez, Don Francisco Antonio
Bortone, Don Eulogio Segura Sánchez, Don Pedro Javier, Don Pascual Candia, Don
Teodoro Mejía Bolívar, Don Anselmo Colichío, Don Arnoldo Heredia Ponte, Don
Blas Delascio, el General Ramón A. Vásquez, Don Leopoldo R. Camejo, Don J.R.
Segura Sangronis, el General Miguel J. Tovar y otros comerciantes de Duaca,
hacían correr el oro a manos llenas en aquel pueblo a impulso del precioso
grano, cuya época fue realmente la época de oro de Duaca.
De acuerdo a investigaciones del profesor Orlando Cardozo, los
principales centro de cultivos de café de la comarca duaqueña se encontraban en
Tumaque Arriba, Tumaque Abajo, los Volcanes, Agua Fría, Fila de Colmenares,
Camburito, Rincón Hondo, Limoncito, El Huso y Caraquita. Este investigador
sostiene que los principales productores cafetaleros de la Duaca de comienzos
de siglo eran los siguientes: Juan Pacheco Romano, Eulogio Segura Sánchez,
Serapio García, Gral. Cipriano Bracho, Juan Eduviges Sira, José de La Paz
Alvarez, Ramón Alvarado, Francisco Bortone, Luis Bracho, Balbino Bracho, Br.
Leopoldo Camejo, Pascual Candia, Víctor Candia, Francisco Camarán, Juan
Casamayor, José Luis Delgado, Pedro Duno, Nicolás Daza, Carmelo Sagglomo, José
Sagglomo, José Urdaneta, Cipriano Sangronis, Pedro Javier, Raúl Giménez
Sorondo, Aurelio Giménez Méndez, Pedro Felipe Rueda, Gral.Ramón Vásquez, Pedro
Blanco, Francisco Malorana, Fermín Manzanares, Ramón Herrera, Evaristo Mendoza,
Sabás Rodríguez y Encarnación Lucena.
Se daba el caso de algunos propietarios que participaban en todo el
proceso del producto, como el Gral. Ramón Vásquez, Pedro Javier, Sabás
Rodríguez, Segura y Bortone quienes cultivaban, trillaban y comerciaban el
producto. Otros propietarios de trilladoras fueron los Sres, Basseh y Römer,
Simón Fernández D’ Amelio y Candia. Llegó a funcionar un central cafetalero de
los Sres. Francisco Bortone, Pedro Javier, Eulogio Segura Sánchez y Francisco
Delgado Estebes.
La siembra y comercialización del café produce en Duaca un crecimiento
económico que estimula la inversión del capital del sector público y del sector
privado; los recursos del sector público se destinan a la promoción de obras de
infraestructura como carreteras y redes ferrocarrileras, las cuales permiten la
conexión plena de esta localidad con los centros de consumo y comercialización
del país.
El cultivo
del café que dinamizó la vida económica y sociocultural de la Venezuela
agroexportadora en el período indicado convertirá a Duaca en un importante
centro de producción y un activo espacio económico- social en el circuito
internacional del cafeto.
La agricultura en una frontera abierta incorporó la realidad
venezolana en las últimas décadas del siglo XIX y primeros del XX a la onda
expansiva de la economía mundial capitalista. Las implicaciones de este proceso
fueron significativas en la estructura económica de un país devastado en la
producción y en lo social después de la Guerra Federal. A partir del Pacto de
Coche, tiempo de la contrarrevolución, la realidad nacional experimentó un
eventual crecimiento económico levantada sobre la expansión del café que en el
mercado europeo registró una importante demanda en el tiempo cronológico de
1870 a 1935 aproximadamente.
El café como rubro
fundamental de exportación en el período aludido generó una
acumulación de riqueza que a su vez permitió algunos cambios en la estructura
económica y social venezolana, conocida en nuestra historia como “Modernidad
Guzmancista” y luego, la prosperidad en las primeras décadas del Gomecismo,
llamado Progreso social.
El 14 de febrero de 1.877, el Gobernador Jacinto Fabricio
Lara inaugura la carretera de enlace de Barquisimeto y Duaca con la población
La Luz de Aroa; esta carretera recorre longitudinalmente a Duaca a través de la
Calle Comercio. En la localidad de La Luz de Aroa, Barquisimeto y Duaca
quedaban interconectadas con el Ferrocarril Bolívar, medio de transporte del
material de cobre de las minas de Aroa con el puerto de Tucacas en el Mar
Caribe, con lo cual estas comunidades disponían de libre acceso al comercio
internacional vía marítima. Catorce años más tarde, tanto Duaca como
Barquisimeto se incorporan plenamente a la red ferrocarrilera, con el inicio de
actividades del Ferrocarril del Sudoeste.
El
17 de enero de 1.891 el Presidente Andueza Palacios inaugura el Ferrocarril
Sudoeste de Venezuela; la puesta en servicio de este medio de comunicación
introdujo cambios en la estructura urbana y socioeconómica de Duaca. El
Ferrocarril del Sudoeste enlazaba a Barquisimeto con la Estación La Luz, sitio
donde se producía la interconexión de esta red con el Ferrocarril Bolívar.
Los antecedentes de este medio de transporte en nuestro país se remonta a
1835, cuando se inició la construcción del ferrocarril minero que uniría la
explotación cuprífera de Aroa con el puerto de Tucacas, y que fue concluido en
1877.
El ferrocarril minero Bolívar de Tucacas- Aroa fue una pieza fundamental
del sistema de más de 232 kilómetros del Ferrocarril Sudoeste de Venezuela, que
logró incorporara en 1891, el ramal de Barquisimeto a La Luz, lográndose un
acceso marítimo a través de Tucacas a la capital barquisimetana. A este sistema
se unió posteriormente el ramal entre San Felipe y Palma Sola.16
El recorrido total de Barquisimeto a La Luz era de 87 kilómetros y con
ella Barquisimeto quedó unida al puerto de Tucacas, a 136 kilómetros de
distancia por ferrocarril, trayecto que el tren recorría en tiempo de nueve
horas. De esta manera Barquisimeto obtuvo un cómodo y breve acceso al
mar.
El
Ferrocarril Sudoeste de Venezuela contaba con diez estaciones, la quinta
estación en dirección Barquisimeto- Aroa, era la Estación Duaca; la línea del
tren entraba a la ciudad a través del Bosque de Guape y recorría
longitudinalmente el eje principal del valle, la estación se localizaba en la
intersección de las vías hoy reconocidas como la Carrera 9, Carrera 10 con
Calle 10 y la Calle 12.
Estos poblados fueron penetrados por el Ferrocarril Bolívar y por ende
las inversiones del capital extranjero dado que en sus tierras como ya lo
señaláramos existían valiosos recursos que demandaba el mercado internacional.
Duaca era productor de Café, rubro altamente solicitado por los centro europeos
y que a partir de 1860, conjuntamente con la caña de azúcar, el cacao, la carne
y el algodón, fueron considerados como los de mayor demanda en el comercio
mundial.
Barquisimeto sitio donde llegó la estación final del ferrocarril era
considerado punto estratégico dentro del conjunto de la región Centro
occidental, poniendo en contacto la ciudad con todos los sitios cardenales del
territorio nacional. Por esto se convirtió, como lo anotamos, en centro de
acopio de la producción agropecuaria de toda el área, y en lugar privilegiado
dentro de la circulación comercial. Esta ciudad funcionó como eje centralizador
del proceso de acumulación de capital de la región.
La
construcción Ferrocarril no fue casual ya que coincidió con uno de los períodos
de mayor demanda de café en el mercado exterior y de más alta producción a
nivel local, específicamente el la población de Duaca y sus caseríos cercanos,
lo que provocó un incremento de estos poblados de la actividad agrícola y de la
práctica comercial.
El
patrón de crecimiento lineal de Duaca a lo largo de la Calle Comercio (Carrera
6) se interrumpe con la construcción al norte de la misma de la Estación Duaca,
la cual propicia la extensión de la trama hacia el norte; producto de este
proceso de urbanización es el barrio Pueblo Nuevo, lugar de intenso movimiento
comercial en los alrededores de la estación y casas comerciales de esta
localidad como el establecimiento comercial de Don Pancho Camarán y el Hotel
San José, este último regentado por Doña Ruperta Durán.
La producción agrícola llegaba a Duaca en numerosos arreos de recuas y
otros regresaban a sus regiones cafeteras con grandes cargamentos de víveres y
otros implementos para el comercio de Siquisique y Parúpano, enviadas por el
alto comercio de Puerto Cabello, y en la misma forma para Yaritagua.
Ante
esta gran afluencia de producción agrícola en especial café, en plena cosecha
los almacenes de la Compañía Bolívar, atiborraban y había que depositar café
fuera del local, pese a que diariamente partían hacia el puerto de Tucacas, varios
trenes cargados de café y tenían que habilitarse horas extras de la noche para
el despacho de los trenes. Por este gran movimiento de embarque y desembarque
que era objeto Duaca, para esa época su florecimiento comercial y económico se
reflejaba por todos sus aledaños, en todos su barrios se hacía sentir su
florecimiento económico, muy especialmente se destacaba el simpático barrio
“Pueblo Nuevo” con Don Pancho Camarán, con su gran casa comercial que
suministraba a gran cantidad de agricultores de la región cafetalera del norte
de Duaca. Los días domingo este barrio estaba congestionado de campesinos que
lo hacían muy pintoresco.
La
estación ferrocarrilera convierte a Duaca en centro de intercambio y suministro
de las comunidades circunvecinas y plaza importante para el comercio
cafetalero, además de ofrecer a la ciudad el espacio de los jardines de la
estación, sitio de recreación y concentración del duaqueño en la época de
bonanza del cafeto y del movimiento del ferrocarril.
La
Compañía del Ferrocarril Bolívar, en un bello gesto de ornato público, en el
extenso terreno inmediato a sus dependencias de oficinas y almacenes para
construir con todas su reglas técnicas de la floricultura, un expenso parque
con amplias avenidas y una extensa red de palmeras, el cual fue cultivado con
rosales de variados matices multicolores con follaje diverso en sus avenidas,
con bancos para sentarse los visitantes, envueltos en tupidas enredaderas
artísticamente confeccionadas, que hacían más umbrío aquel delicioso paraje que
invitaba al solaz esparcimiento, a recrearse con la lectura de una obra
estimulante para el espíritu; el público tenía libre acceso para pasar ratos
amenos en aquel hermoso y bello jardín tan recreativo y seductor.
De acuerdo a escritores como Angel María Núñez y Juan Lovera, la
Calle Pérez Villanueva, hoy día Calle 12, era la conexión principal de la
estación con la Calle Comercio, la cual era engalanada para recibir a los
personajes importantes que visitaban la ciudad vía férrea. En la Duaca actual y
como testimonio del pasado ferrocarrilero se encuentran: un tanque de
almacenamiento de agua, localizado en las inmediaciones del sitio donde estaba
la estación; estructuras de soporte para el paso del ferrocarril en el Bosque
de Guape; y la denominación de Calle La Línea a la Carrera 10, construida sobre
el trazado de los durmientes de la red ferroviaria.
Cuando el Obispo Mariano Martí en su visita pastoral al Valle de
San Juan Bautista de Duaca en 1779, constata que la estructura religiosa de la
comunidad es de bahareque y que los trabajos de tapia de mampostería para la
construcción de una capilla mayor estaban paralizados; estos trabajos de
construcción del templo los reinicia el Padre Virgilio Díaz a finales del siglo
XVIII. Los maestros de obra contratados para la dirección de la construcción
eran experimentados alarifes de vasta experiencia en el área, oriundos de
Barquisimeto, San Felipe y Valencia, tales como José Esteban Zabaleta, Narciso
Lasrundy y Dionicio Zabaleta; como oficiales de albañilería se mencionan a José
de la Cruz Ortiz, Luis Suárez, Pedro Mendoza, Jesús María Lugo y Francisco
Sánchez. Para los trabajos de carpintería y ebanistería el Padre Díaz y los
miembros de la junta para la construcción del templo como Don Cecilio Sandoval
y Don Antonio Castillo, contratan al señor Temístocle Acosta, afamado maestro
de estas artes, como también en armadura y techumbre; el maestro Acosta era
oriundo de Puerto Cabello.
En los primeros días del mes de enero de 1871 empieza la demolición de
la construcción la vieja iglesia de bahareque con el objeto de edificar en ese
mismo sitio, y para no variar la tradición, el nuevo templo que ha de
levantarse bajo sólidas bases con un techado de moderna arquitectura para la
época.
El 8 de diciembre de 1879 es un día de júbilo y gracia para el
pueblo de Duaca, al registrarse en esa magna fecha uno de los hechos
transcendentales de nuestros anales católicos, al ser escogido ese día de la
Concepción de María, Nuestra Madre Santa, para bendecir el templo parroquial
que con pertinaz afán había llevado a su fin el Presbítero Br. Virgilio
Díaz.
Para el año 1888 descansando un poco el Padre Díaz de la deuda que tenía
pendiente con motivo de la construcción del templo, quiso levantar una torre
cónsona con la magnitud de la obra construida, dándole comienzos a estos
trabajos el 4 de diciembre de 1888.
En
1894 el Padre Díaz compra a la firma Menssel y Bel C.D Troli de Nueva York, el
equipo de campanas del templo y en 1895 aprovechando un viaje hacia Paris del
Presbítero Virgilio Zeferindo Andrade, le encarga la compra de imágenes del
Santo Sepulcro fue financiada por Don Saturno Giménez. La imagen de la
Inmaculada Concepción fue donada al templo duaqueño por la señorita Conchita
Oberto Martínez.
En
los primeros días del mes de enero de 1874, la Junta Comunal del Municipio
Duaca presidida por Don Cruz Castillo, contrató los servicios del maestro de
obra Dionisio Zabaleta para la construcción de una casa que sirviera de sede a
las dependencias gubernamentales, cuya edificación fue sufragada por las Rentas
del Municipio. Esta casa fue terminada en diciembre de 1875, y es la que está
ubicada frente a la Plaza Bolívar, que fueron asiento de las oficinas de la
Junta Comunal, Jefatura Civil y Cuartel de Policía.
El 28 de agosto de 1893 la Junta Comunal del Municipio Duaca se
dirige al gobierno estatal, con el objeto de solicitarle la elevación a
Distrito de esta jurisdicción, a través de este decreto podemos acercarnos al
progreso urbanístico y económico de esta ciudad a finales del siglo XVIII.
Artículo 2°
Que el Municipio Duaca
por el notabilísimo incremento que ha tomado, necesita que se eleve a la
categoría de Distrito por ser la que le corresponde y puede proteger su
engrandecimiento.
Artículo 3°
Que Duaca, tiene las
rentas suficientes para sostener aquella categoría, pues aquella o bajan de los
cuarenta mil bolívares anual, de 60 a 80 sacos de café según datos estadísticos
y fuera de frutos menores; que su población según el censo de 1891 no publicado
aún, está alrededor de los 14 a 20 mil habitantes; que cerca de los 20 pueblos
y caseríos con vida propia y fecunda en centro de los cuales se destaca Duaca
con bella situación topográfica, con atención de primera importancia en
ferrocarril S.O de Venezuela, con un famoso templo y dos capillas; con Casa
Municipal cómoda y decente; con bellos edificios y calles bien pobladas con un
área de 1600 metros cuadrados ya ocupados por calles y edificios y sobre todo
tiene una sociedad honorable y escogida y bastante notable por capitalistas,
honorables, laboriosos y fuertes.
Esta
solicitud fue aprobada por el gobierno del Estado Lara el 20 de septiembre del
mismo año. El nuevo Distrito Duaca quedaba conformado por los siguientes
municipios: Municipio Bolívar, Capital Aroa; Municipio Falcón, Capital El
Eneal; Municipio Mariño, Capital Duaca.
A finales del siglo XIX el bosque y caída de agua natural de Guape,
sitio de recreación tradicional de la Ciudad ubicado en el extremo noreste de
la misma, sufre las primeras intervenciones del hombre: demolición de especies
vegetales para facilitar el levantamiento de estructuras metálicas de soporte
para el paso del Ferrocarril del Sudoeste; y la construcción de edificaciones
elementales promovidas por el General Julio Couput, las cuales posibilitaron el
acceso y disfrute masivo de este espacio turístico Recreacional.
Nuestros antepasados escogen en lo más pintoresco del bosque un
sitio preferente para baños construyendo cercado de palma y utilizando los
caños de bambú para hacer una caída de agua que la convierte en agradable
ducha.
Y a
finales del siglo diez y nueve el progresista hombre de mundo General Julio
Couput con el concurso de otros hombres también colaboradores a toda hora de
bienestar para Duaca mejoran el placentero lugar al realizar una construcción
de rojizos ladrillos y recogen sus aguas en un tubo de metal que trae el
General Couput de Caracas.
Los centros educacionales de fines de siglo en Duaca son los
siguientes: La Escuela Popular Mixta, fundada el 26 de octubre de 1821 por las
hermanas Ismenia, Casilda y María Manzanares; el Padre Virgilio Díaz reabre la
Escuela Parroquial, además de fundar el 19 de Abril de 1891 El Colegio de
Educación Secundaria Santo Tomás.
EL SIGLO XX.
Las dos primeras décadas de este siglo estuvo dominada por la explotación y comercialización del café y otros cultivos menores como la caña de azúcar, maíz, algodón y la ganadería principalmente. Los sembradíos de maíz y algodón se realizaban en las inmediaciones de la localidad de El Eneal, inmediata a Duaca, estos productos eran embarcados en la estación ferrocarrilera de esta ciudad, rumbo a los mercados internacionales.
De la caña de azúcar, hoy recordamos las haciendas “El Danubio” de Manuel Anzola Tamayo, “Moroturito” de Eulogio Segura Sánchez, “Licua” del General, Bartolomé Yépez, “El Milagro” en El Eneal de Cesareo Casal, “Los Chipas” de Eugenio Couput, “La Vega” de Aroldo Herrera, “Tumaque Arriba” de Jorge Zoghby, “Tumaque Abajo” de Antonio Segura. Otros agricultores de la caña de azúcar fueron: Francisco Bortone, los hermanos Agüero y Bernabé Isidro Orellana.
También la cría tuvo gran relevancia en Duaca y su zona de influencia. Antes de concluir la tercera década del siglo, se contaban aproximadamente cincuenta personas dedicadas a las actividades pecuarias. Importantes centros de crías, donde se produce leche y carne para el consumo, tuvieron – entre otros- el General Argenis Azuaje, Miguel Ablan, el General Bartolo Yépez, José Ramón Urdaneta, Leopoldo Camejo, Blas Delascio, Cesáreo Casal, Alfonso Daza, Nicolás Daza, Francisco Bortone, Eugenio Couput, Simón Alejo, Francisco Delgado Esteves, Pedro Barráez, Juana Grimaldi, Francisco Guillén, Ramón Giménez, Héctor Molinares, Remigio López, Eulogio Segura Sánchez, Francisco Greco, Blass Peralta, Jesús María Peraza, Elías Tirado, Augusto Heredia, Teodoro Mejías y Sergio Herrera. 28
La prosperidad económica que experimentaba la población, producto del cultivo y comercio del cafeto permitió la instalación en esta localidad de casas comerciales e industrias manufactureras. Dentro de las casas comerciales importadoras de mayor relevancia estaban Bortone y Cia; José Luis Delgado y sucesores; Segura y compañía. La industria papelonera alimentada por la explotación de extensos cultivos cañamelares, era, manejada por Eulogio Segura y Manuel Anzola Tamayo. El cultivo del tabaco estimula la aparición de fabricas de chimó, como las de J.J Bici Oropeza, Armando Rojas, Herrera Briceño, Guillermo Giménez Parra y Gumersindo Giménez.
Dentro de los establecimientos industriales también se incluyen la fabrica de Galletas María de la Señora Andrea de Felicce; la pasteurizadora del norte (PANOCA), procesadora y distribuidora de la leche pasteurizada La Duaqueña; la trilla o procesadora de café de la firma Bash & Römer. La pasteurizadora del norte, estuvo en pleno funcionamiento hasta mediados de los años cincuenta. La pasteurizadora del norte y la trilla de café de la firma Bash & Römer. Se encontraban al noreste y sudoeste de la Estación Ferroviaria, enlazadas por el eje vial que en la actualidad reconocemos como la Av. Tricentenaria.
A principios de siglo una empresa de Puerto Cabello, Bash & Römer, instalaron en una extensión de terreno de casi una manzana, un central cafetero, para beneficiar el producto. El edificio era de dos plantas muy extenso, techo de zinc, con paredes y pisos de madera especial para esta clase de edificación, en esa extensión de terreno habían patios especialmente para que los cafetaleros que tenían sus fincas rurales a corta distancia, secaran en dichos patios sus productos, cuyo acarreo en recuas empezaba en el mes de octubre de cada año. 29
Los establecimientos educacionales fundados en la ciudad hasta mediados de la primera mitad del presente siglo fueron los siguientes: el primero de 1903 entra en funcionamiento el Colegio Municipal, dirigido por el médico y profesor Doctor Hilarión Seijas; el 16 de abril de 1904 la municipalidad auspicia la creación de la Biblioteca Roscio; el 1 de agosto se crea la primera Escuela Federal; el 26 de agosto de 1904 inicia sus actividades la Escuela Estatal de Hembras; en octubre de 1907 se crea el Colegio Castro; el 9 de diciembre de 1916 el bachiller Adán J. Alvarez comienza a dirigir el Colegio Vargas; el 12 de julio de 1924 el Instituto Cajigal de Duaca, inicia sus actividades con el servicio de educación primaria y secundaria, su primer director fue el señor Lucio Delgado; el 27 de enero de 1957 Monseñor Alejandro Zaini funda el Colegio Padre Díaz. Esta última Institución, localizada frente a la plaza Bolívar y sur del Templo de San Juan Bautista, es la única casa de estudio de este período en total capacidad de funcionamiento, y es una de las Instituciones socio- culturales de mayor relevancia en el Municipio Crespo.
Los centros sociales y culturales de la Duaca de inicios de siglo hasta mediados de los años setenta, son los siguientes: el Centro Social Bolívar fue abierto al público el 6 de enero de 1916; el Club Bolívar inicia sus actividades el 2 de febrero de 1922; en 1925 entra en funcionamiento el Centro Padre Díaz; en 1946 se funda el Centro 18 de Octubre; el 22 de octubre de 1961 se funda el Centro Social Deportivo Duaca; el 23 de abril de 1963 bajo el patrocinio de la Cerveza Zulia se funda el Centro Deportivo Unión, rebautizado más tarde como el Centro Deportivo Efraín Alvarez; el 27 de mayo de 1970 se funda el Centro Canario. Dentro de esta categoría se incluyen las salas de proyección cinematográficas del cine Victoria la Sala del cine Duaca. Los establecimientos de este período que en la actualidad se encuentran en pleno funcionamiento son el Centro Social Deportivo Duaca, localizado en el extremo noreste de la Carrera 6 y el Centro Deportivo Efraín Alvarez, ubicado en las inmediaciones del Cementerio Municipal. En la estructura que contenía la sede del cine Duaca, funciona el teatro Duaca, ubicado en la intersección de la Carrera 6 con la Calle 12.
A comienzos de siglo se habilitan para el disfrute de la comunidad dos recintos recreacionales, referidos a la construcción de la Plaza Independencia y la tercera intervención urbana efectuada en los Baños de Guape. Los recursos para adquirir el terreno para la construcción de la Plaza Independencia fueron aportados por el General Couput, este recinto fue inaugurado el 31 de mayo de 1902 y sobre este recinto se construye más tarde la Plaza Bolívar de la localidad.
Así permanecen los Baños de Guape, al servicio de propios y extraños, hasta el año de 1914 en que el Br. Fermín Manzanares, presidente del Consejo Municipal y el Coronel Manuel Romero López, jefe Civil del Distrito, con recursos de las rentas del Municipio emprenden una total remodelación al construir un apartamento para hombres y uno para damas con dos casetas de división, obra ésta que fue inaugurada el 24 de junio de 1914 y a cuyo acto asistió el General David Gimón, Presidente del Estado Lara, su Secretario General el Br. Juan Antonio Guillén, sus respectivas familias y todo cuanto social y popular era de Barquisimeto y Duaca. Este acto estuvo amenizado por la Banda del Estado, las orquestas “Mavare” y “Galante” que dirigía el maestro Antonio Carrillo.
En 1919 se inician los trabajos de ampliación de la iglesia de San Juan Bautista de Duaca, los cuales proporcionan al templo dos nuevas naves, totalizando cinco naves; la nave norte dedicada a Jesús en el huerto fue financiada por la sociedad de ese nombre presidida por Don Jesús Alejo, la nave sur fue dedicada a la Virgen del Carmen. La construcción de la obra fue dirigida por el alarife Dionicio Zabaleta, contratado para tal efecto por el Padre Félix Ignasio Quintana.
Todos los domingos a las 3: p.m., al teñido del sonoro bronce parroquial acudían gran cantidad de fieles al templo y de ahí salir en caravana presidida por el Padre Almario hacía la alfarería de Saturno y José Graterol ubicada en el sitio llamado “Oro Lado”; de allí los feligreses eufóricos de fervor religioso acarreábamos en hombros gran cantidad de material cocido (ladrillos), en esta caravana formaban parte todos los niños que estábamos en el catecismo.
El Padre Félix Ignacio Quintero experimentó la emotiva satisfacción espiritual de haber culminado la idea feliz concebida en la mente esclarecida de su antecesor Pbro. Justo Pastor Almario, de ver luciendo al templo de San Juan Bautista su cinco naves, su cinco altares y su cinco cúpulas, obra de una magnitud bastante valiosa para el entorno arquitectónico de Duaca.
La dotación del servicio de infraestructura como el servicio de agua potable, la red de cloacas y el sistema de telecomunicaciones cuenta con el patrocinio de capital tanto público como privado, lo cual se traduce en la optimización del nivel de vida de los ciudadanos. A finales del siglo XIX se establece la primera Estafeta de correos, bajo la administración del señor Julio Rafael Alvarado. En el año de 1909 la ciudad cuenta con el servicio de telégrafo, el primer telegrafista de la misma es el señor Hugo Fonseca Rivas; en este mismo año el señor Gumersindo Colina obtiene licencia para la explotación comerciadle la red urbana de teléfonos. En el año de 1919 se inicia la instalación de la planta de energía eléctrica y del cableado para el servicio privado y de alumbrado público, que vino a reemplazar los faroles de kerosén que estaban fijados en las esquinas bajo el mantenimiento del señor Isaías Palencia a quien apodaban Cocheva.
Al igual que ocurrió con otros servicios, también la evolución del servicio eléctrico fue lenta; debido a que la electricidad se generaba en una planta eléctrica privada que administraba Miguel Ablam. En el Impulso del jueves 27 de de agosto de 1.936, leemos que el servicio estaba a cargo de la empresa “Duaca electry company”, cuyos propietarios eran Eulogia Segura, Manuel Anzola y Eugenia Couput32
En 1936 se inicia la construcción del acueducto, anteriormente, la ciudad se abastecía directamente de las fuentes de agua naturales inmediata al área urbana, conocidas como la Quebrada de Guape y la Quebrada de Barro Negro. Este servicio de primera necesidad inicialmente lo hacía un humilde hombre de pueblo de nombre Rafael Iglesias quien en un pequeño barril de madera montado en la cabeza vendía a locha el barril de agua que contenía más o menos unos veinte litros cuyo líquido lo tomaba Iglesias las vertientes de los bosques de Guapito y en Barro Negro de una fuente denominada El Brazito y otras personas hacían el reparto en burros cargados con dos barriles de madera o tinajas de barro cocido. Fue en 1936 cuando el Dr. Honorio Sígala ejerciendo la Presidencia del Estado Lara decretó la construcción de un acueducto de perforación subterránea, el cual fue administrado por el Consejo Municipal de este Distrito con una reducida tarifa de Bs. 4,00 por casa sin limitación de consumo, pero dado el incremento que iba tomando la población y por falta de una adecuada conservación de los motores, asumió entonces el Instituto de Obras Sanitarias hasta la fecha, lo que ha permitido a este organismo oficial la instalación de una red de cloacas. Sanitario beneficio que va en resguardo de la salud del pueblo y comodidad de los usuarios.
La caída del precio del café el mercado internacional y la incorporación al fisco nacional de los recursos provenientes de la actividad petrolera, marcan el fin de la bonanza económica de la Duaca cafetalera, lo cual se traduce en fuga de capital y éxodo poblacional a otras comunidades que le brindarán mejor perspectiva económica. La explotación del café a finales del siglo XIX promovió la ocupación de las zonas propicias para el desarrollo y aumento considerable de las ciudades encargadas del financiamiento y comercialización de esta actividad, esta tendencia se revierte en los años veinte del presente siglo cuando la extracción de petróleo desplaza contingentes humanos hacia los centros de explotación petrolera.
En
el año de 1958 deja de prestar servicio el ferrocarril del Sudoeste con lo cual
Duaca pierde el principal medio de transporte de la bonanza cafetalera. En el
año de 1959 se realiza la primera aerofotografía de Duaca, en ella aparecen los
sectores que ocupan la actual área urbana consolidada del Valle, referidas al
sector Pueblo Nuevo, La Sabanita, La Morita, La Esperanza, Calle Nueva, y
Carrera 9. de acuerdo a datos aportados por escritores como Rómulo Delgado,
Angel María Núñez y Juan Lovera, los primeros Barrios que se estructuraron en
las inmediaciones del eje de la Calle Comercio fueron el barrio Pueblo Nuevo y
el barrio La Morita; ambas comunidades se incorporan a la estructura de la
ciudad a finales del siglo pasado e inicios del presente siglo. El barrio
Pueblo Nuevo se consolida en los alrededores de la Estación ferrocarrilera, lo
cual promueve la prolongación de la estructura urbana al norte de la ciudad,
este sector es el sitio de intercambio comercial duaqueño con las zonas de
producción cafetalera del norte; el barrio La Morita ubicado al sur de Duaca,
el la puerta de acceso e intercambio de bienes y servicios con las zonas
agrícolas sureñas asentadas en la sierra. Estos escritores mencionan a la gran casa comercial de Pancho
Camarán de Pueblo Nuevo y se refieren al establecimiento comercial de Don José
Luis Delgado Estévez ubicado en el barrio La Morita.
Los periódicos que circularon en la Duaca del presente siglo
fueron los siguientes: El Cronista; El Heraldo; La Verdad; Ecos de Duaca; El
Baluarte; 20 de Febrero; La Voz del Norte; Patria y Letras; El Esfuerzo
Juvenil; Camándulas; El Voto Público; EL Progreso. El medio de comunicación El
Progreso, estuvo en circulación hasta bien entrada la década de los ochenta.
La caída del precio del café el mercado internacional y la incorporación al fisco nacional de los recursos provenientes de la actividad petrolera, marcan el fin de la bonanza económica de la Duaca cafetalera, lo cual se traduce en fuga de capital y éxodo poblacional a otras comunidades que le brindarán mejor perspectiva económica. La explotación del café a finales del siglo XIX promovió la ocupación de las zonas propicias para el desarrollo y aumento considerable de las ciudades encargadas del financiamiento y comercialización de esta actividad, esta tendencia se revierte en los años veinte del presente siglo cuando la extracción de petróleo desplaza contingentes humanos hacia los centros de explotación petrolera.
A nuestro juicio han sido varios los factores que frenaron
el auge duaqueño. Para el País nacional, el llamado impacto petrolero quebró
con la economía agro-exportadora. A partir del año económico 1925- 1926 cuando
las divisas por concepto de petróleo superan en millones de bolívares a las
provenientes del café y el cacao, se inicia en el país un abandono permanente
de la agricultura; y si a esto se le suma que en todo el país el café comenzaba
a bajar su rendimiento por hectárea, el cuadro agrícola se hacía más crítico.
33
La explotación especializada de café no tardó en hallarse
con al negación de sus límites dentro del Sistema Económico Mundial en el que
participó. Ya el primer cuarto del siglo XX, hay indicadores de la pérdida de
mercado y bajo precio para el grano; desde luego que esta inflexión refleja la
crisis estructural de la agricultura venezolana y latinoamericana. Este mismo
proceso se inscribió en el conjunto de la recesión internacional que rodeó al
capitalismo de la década del 30. esto obliga a considerar los componentes
endógenos y exógenos de la decadencia de la economía cafetalera en nuestro
país.
En el caso venezolano la decadencia de la economía
cafetalera se explica a partir de tres factores que se interrelacionan, en
primer lugar el desgaste de las condiciones de producción, que a su vez son
puestas en evidencia por un segundo factor de carácter externo como lo es la
reducción del comercio exterior; un tercer factor, también de la coyuntura
internacional, lo constituyó la demanda petrolera, colocándose Venezuela como
un importante productor de este producto.
En los
años cuarenta se construye el tanque de almacenamiento de agua (1938),
localizado en el sector Pueblo Nuevo y la sede del mercado Municipal (1939),
ubicado en la Carrera 6; el tanque de agua de Pueblo Nuevo garantizaba para la
ciudad con una reserva de 3.000 litros de agua potable.
En la
década de los cincuenta se ejecutan las siguientes obras: en 1952 se construye
la sede del Colegio Juan Álamo; en el año de 1953 se asfalta la Carretera de
enlace de Duaca con Barquisimeto, esta vía de acceso tradicional al casco
central de la ciudad se le conoce en la actualidad como la Carrera 5; este
mismo año de 1953 la empresa estatal CADAFE, asume la administración y
distribución del servicio eléctrico en la ciudad; en 1954 se inaugura la actual
sede del Palacio Municipal; en el año de 1959
se inicia la construcción del estadio de béisbol.
El 29 de
noviembre de 1969 la Compañía Anónima Teléfonos Nacionales de Venezuela inicia
la instalación de la red de telefonía urbana en Duaca, ciudad que se preparaba
para festejar su tricentenario y la cual nos describe Angel María Núñez de la
siguiente manera:
Forman el casco de la población; diez carreras; veinticinco
calles; ciento setenta y ocho manzanas; divididas en doce barrios: La Sabanita,
Guape, Cachito de Venado, Taco del Bolo, La Morita, Pueblo Nuevo, La Estación,
El Cementerio, Calle Nueva, El Matadero, Padre Oreni y Moroturito. Tiene los
siguientes servicios públicos eficientes: Luz y Fuerza Eléctrica, Acueducto,
Cloacas, Aseo Urbano y Domiciliario, Mercado y Matadero Municipal, Transporte
Colectivo por Autobuses Duaca- Barquisimeto.
A partir
de los años setenta se inicia la elaboración y aplicación de los instrumentos
de planificación de la modernidad para Duaca, los cuales regulan la dinámica de
crecimiento urbano e introducen en la misma el tipo constructivo de edificación
aislada y la sectorización de la ciudad por usos específicos; estos estudios
orientan a los organismos oficiales para la ejecución de obras de
infraestructura, vialidad, viviendas y edificaciones comunales de acuerdo a un
listado de actuaciones urbanas jerarquizadas. Los instrumentos de regulación
urbana elaborados para esta comunidad son los siguientes: Esquema de
Ordenamiento Urbano de Duaca, elaborado por el Ministerio de Obras Públicas en
1972; El Esquema de Ordenamiento Urbano Duaca- El Eneal, publicado por el Ministerio
de Obras Públicas en 1976; el Plan de Ordenación Urbanística y Plan de
Desarrollo Urbano Local Duaca- El Eneal, desarrollado por el Ministerio de
Desarrollo Urbano en diciembre de 1992.
Producto
de la aplicación de éstos estudios de regulación urbana son la concreción de
las siguientes obras oficiales: Avenida Tricentenaria; construcción de la
Carretera Barquisimeto- Duaca- Aroa al norte de la ciudad; Tanque de
almacenamiento de agua potable en el barrio San Juan; Biblioteca Rómulo Betancourt;
Hospital Rabel Antonio Díaz; Unidad Educativa Efraín Colmenares Giménez; y las
urbanizaciones Menca de Leoni, Rafael Arévalo, Monseñor Zaini y la Estación
entre otros.
Paralelo
al proceso de gestión y construcción del modelo de ciudad concebida por estos
estudios, surgen en la década de los años ochenta los barrios, divorciados del
proceso de regulación urbana oficial y asentada en terrenos catalogados por los
especialistas como inadecuados para el desarrollo urbano. Las barriadas duaqueñas
de esta década son las siguientes: Santa Lucia, San Juan, Las Malvinas, La
Cruz, Cacho é venao, Barrio Ajuro y Negro Primero. Posteriormente estas comunidades reciben atención de los
organismos gubernamentales a través de la construcción de obras de vialidad,
redes de infraestructura y equipamientos comunales que permiten su
consolidación e integración a la ciudad.
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